Bañada por las aguas azules del mar Jónico, Corfú es la segunda isla más grande de las islas Jónicas y se encuentra en el extremo noroccidental de Grecia. Su ubicación estratégica en la desembocadura del Adriático, cerca de Grecia continental, Italia y Albania, la convirtió en una tierra de invasiones. De hecho, toda la isla muestra la influencia de los diferentes gobernantes que han pasado por ella, desde los venecianos hasta los británicos. Si bien su clima mediterráneo le ha dado fama como destino de playa, el interior es un oasis verde donde todavía se conservan tradiciones antiguas. Tanto si te interesan la historia y la arquitectura, como si quieres perderte en la naturaleza o simplemente necesitas un lugar para dejar la toalla y disfrutar del sol, en Corfú encontrarás lo que buscas.

La ciudad de Corfú, conocida por los lugareños como Kerkyra, es la capital de la isla, y su casco antiguo es una auténtica delicia que no podía faltar en la lista de la Unesco. Los venecianos gobernaron en Corfú entre 1386 y 1797, y es aquí, en el casco antiguo de Kerkyra, donde su influencia es más patente. Las callejuelas y calles empedradas que invitan a pasear sin prisas están bordeadas por edificios altos y elegantes de color pastel, con dos imponentes fortalezas del siglo XVI que vigilan desde las alturas. El Paleo Frourio (antigua fortaleza) y el Neo Frourio (nueva fortaleza) se utilizaron durante más de 400 años para proteger la República de Venecia del Imperio otomano, pero ahora son dos de los mejores lugares de Corfú para disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad y del mar. Dirígete a la amplia zona verde conocida como la Spianada (explanada), la plaza urbana más grande de Grecia, para picar algo o tomar una bebida en uno de sus muchos restaurantes y bistrós. Diseñados por los franceses en el siglo XIX durante su breve periodo de ocupación, los jardines perfectamente cuidados son el lugar ideal para observar la vida de la ciudad. ¡Incluso puede que veas un partido de críquet, herencia del dominio británico!

La capital de Corfú también cuenta con algunos museos y galerías muy interesantes, por lo que vale la pena dedicar al menos un día de tus vacaciones a la cultura. El Museo Arqueológico de Corfú alberga hallazgos arqueológicos de yacimientos de toda la isla, especialmente de Kanoni, la antigua capital. Su principal curiosidad es el impresionante frontón de la Gorgona, con sus más de 16 metros de altura, que pertenecía a un templo del siglo VI a. C. y que representa a una imponente Medusa con un cinturón de serpientes entrelazadas. El Museo de Arte Asiático de Corfú se encuentra en una magnífica mansión neoclásica construida en 1816 para el alto comisario británico. Cuenta con una maravillosa colección de pinturas, porcelanas y esculturas chinas, japonesas e indias, que abarcan desde la época neolítica hasta el siglo XIX. Pasear por sus jardines en una tarde soleada será un plan muy agradable después de pasar la mañana admirando el arte del museo.

Si te gusta caminar, no te puedes perder el sendero de Corfú, que te llevará a recorrer los 220 kilómetros del perímetro de la isla en unos 10 días. Quienes prefieran planes menos exigentes, pueden optar por el paseo que va desde el pueblo de Perithia hasta la cima del monte Pantokrator. Con una altura de 906 metros, su cima es el punto más elevado de Corfú y, aunque se puede subir en coche, con la ruta a pie de dos horas atravesarás preciosos paisajes de montaña. Además, ¡sentirás una gran satisfacción al llegar al final! Pero eso no es todo: en la cima se encuentra un monasterio ortodoxo griego que se construyó inicialmente en el siglo XIV, y que se restauró en los siglos XVII y XIX. ¿Lo mejor de todo? Desde aquí tendrás unas vistas increíbles de las islas que rodean Corfú, de Albania y, en los días despejados, incluso de Italia. Cuando termines de contemplar el paisaje, baja por la ladera norte de la montaña hasta la preciosa Perithia, de la época veneciana, para tomar algo en una de las pequeñas tabernas locales y degustar la gastronomía de la zona.

Quienes viajen a Corfú soñando con playas paradisíacas tendrán multitud de opciones para elegir. En la costa oeste, a 16 kilómetros de la capital, la extensa playa dorada de Glifada, repleta de tumbonas y sombrillas, está protegida por colinas cubiertas de pinares. Además, hay instalaciones para practicar deportes acuáticos y unos cuantos bares que te permitirán pasar el día entero en la arena sin tener que llevarte la nevera. También en la costa oeste, pero más al norte, se encuentra Paleokastritsa. Este pueblo, que suele considerarse uno de los más bonitos de Grecia, está situado en un extenso tramo de costa salpicada de pronunciadas bahías que albergan playas espectaculares y se entremezclan con los olivos y cipreses.

Ubicados a lo largo de la costa este de la isla, los alquileres vacacionales de lujo que tenemos disponibles en Corfú te permitirán decidir cómo orientar tus vacaciones. Elige una de las villas en Dassia si quieres alojarte cerca de los restaurantes y boutiques del casco antiguo de la capital, o decídete por una villa en Agios Stefanos para disfrutar de un ritmo de vida más pausado en un pintoresco pueblo de pescadores.

El pueblo de Kassiopi es otra opción muy popular. Con vistas a un precioso puerto lleno de barcos pesqueros de madera, mantiene su encanto tradicional, pero también ofrece una animada vida nocturna, con una gran variedad de bares, restaurantes y discotecas. Alquila una villa en Kassiopi con una terraza soleada, una apacible piscina de color turquesa y vistas al mar cristalino. También puedes elegir un alojamiento con sala de vapor, gimnasio privado o jacuzzi, rodeado de exuberantes jardines y con barbacoa para comer al aire libre. ¿El plan perfecto? Da un paseo hasta una de las playas de la zona o adéntrate en la ciudad para deleitarte con una deliciosa comida en una de sus acogedoras tabernas antes de dar el día por terminado y contemplar la puesta de sol en el horizonte desde la comodidad de tu alojamiento.